La física y la química son ciencias que buscan el conocimiento de la naturaleza para
describir, explicar y hacer predicciones sobre determinados procesos y fenómenos que
se dan en ella. Los grandes logros científicos y tecnológicos alcanzados por ambas
disciplinas, así como sus múltiples e importantes aplicaciones sociales, industriales y
medioambientales justifican el esfuerzo de la humanidad a lo largo de la historia para
comprenderlas y utilizarlas en su beneficio.
Una parte apreciable de la sociedad actual no es consciente de la importancia que tiene la Ciencia, en general, y la Física, en particular, en nuestras vidas cotidianas. De hecho, en nuestra actividad diaria somos usuarios, y en muchas ocasiones totalmente dependientes, de multitud de dispositivos que se han desarrollado basándose en principios físicos.
Son muchos los ejemplos que podrían citarse: los reproductores de discos compactos; los omnipresentes códigos de barras que identifican los productos en los supermercados; la mensajería electrónica; la tecnología digital; los aparatos de diagnosis y tratamiento médicos; los ordenadores... y tantísimos aparatos cotidianos que sería prolijo enumerar.
Lo anteriormente citado no hubiera sido posible sin importantes descubrimientos realizados en diversas áreas de la Física, tales como la Óptica, la Electrónica, la Mecánica Cuántica, etc.
La Química es parte de nuestra vida ya que está presente en todos los aspectos fundamentales de nuestra cotidianidad (lo que hacemos todos los días, voluntaria o involuntariamente). La calidad de vida que podemos alcanzar se la debemos a los alcances y descubrimientos que el estudio de la química aplicada nos ha dado. La variedad y calidad de productos de aseo personal, de alimentos enlatados, los circuitos de la computadora, la pantalla de la televisión, los colores de las casas, el frio del refri y la belleza de un rostro existen y mejoran gracias al estudio de la Química.